sábado, 18 de febrero de 2017

HEIKE FREIRE
Educar en verde,
ideas para acercar a niños y niñas a la naturaleza


Capítulo: Necesidad de un cambio profundo" 

      Para la corriente de la ecopsicología, uno de cuyos principales teóricos es el profesor Theodore Roszak, está claro que los movimientos ecologistas no conseguirán salvar el planeta desde posiciones puramente intelectuales, sin un profundo cambio en el corazón y la mente de las personas. Sólo una gran revolución de las conciencias evitará que, al ritmo de destrucción que llevamos: pronto desaparezcan todos los bosques.
      Los eco-psicólogos están convencidos de que la clave se encuentra precisamente en lo más hondo de la psique humana, en su núcleo emocionalmente vinculado a la tierra. Al obligarnos a asumir que nuestro planeta es una cosa muerta y servil, sin sentimiento, ni memoria, ni intención propia, los mecanismos de la civilización urbana industrial terminan ocultando este estrecho lazo. Una represión que produce el llamado «inconsciente ecológico», individual y colectivo, y es la responsable de todos los males medioambientales que sufrimos en la actualidad. 
Según Roszak, «si conseguimos que nuestra conciencia y nuestro ser se expandan hasta incluir al mundo natural, el comportamiento que conduce a la destrucción del medio será experimentado como autodestrucción»….
Para volver a despertar este sentido innato de reciprocidad con la naturaleza, es necesario cambiar los sistemas sociales y culturales actuales, creando nuevas cosmogonías, nuevas visiones del origen, el sentido del mundo y el lugar que en él ocupamos los seres humanos.
     A nivel individual, la ecoterapia puede sanar la alienación entre la persona y el medio natural, causa de numerosos trastornos y enfermedades. Pero es en la infancia, y su sentido mágico del mundo, donde puede desarrollarse una auténtica conciencia ecológica, basada en la fuerza emocional que nos vincula con la vida. De ahí la importancia de la educación y la crianza.
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