jueves, 18 de abril de 2024

El cine y el árbol

ELLEN MCHALE, desde los jardines de Kew
Cinco magníficos árboles en el cine

El sauce boxeador (Harry Potter)

Este sauce mágico, que aparece tanto en los libros de Harry Potter de J.K Rowling como en las películas de Harry Potter, crece en los terrenos del colegio Hogwarts de brujería y hechicería. Famoso por sus tendencias violentas, el sauce mueve sus ramas ante todo lo que toca. Sus extremidades se representan como brazos que golpean a las personas que se acercan demasiado.
     El árbol aparece por primera vez en Harry Potter y la Cámara Secreta, donde ataca a Harry y Ron cuando chocan contra el árbol en un coche volador.
     En la vida real los sauces están lejos de ser violentos y, a menudo, simbolizan la tristeza. En poesía, los sauces a menudo se relacionan con el dolor, como en Hamlet de Shakespeare, donde Ofelia se ahoga cerca de un sauce. 


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Treebeard (El Señor de los Anillos)

La obra más famosa de J. R. R Tolkein, El Señor de los Anillos, está ambientada en el mundo ficticio de la Tierra Media, el hogar de todo tipo de criaturas extrañas y maravillosas, incluidos hobbits, elfos, enanos y magos. El personaje de Treebeard es un ent, una antigua criatura parecida a un árbol que protege los bosques de la Tierra Media de las fuerzas del mal.
     Treebeard está representado como una criatura vieja, sabia y conocedora a la que le gusta tomarse su tiempo. Los ents pueden caminar, hablar y mover sus extremidades como si fueran brazos y piernas, y se los describe como muy fuertes. Se cree que Treebeard está inspirado en un roble o un haya, que son árboles muy longevos y resistentes.


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El baobab, el árbol de la vida (El Rey León)

El Rey León, que se hizo famoso gracias a la animación de Disney de 1994, es un cuento infantil clásico muy querido y que cuenta la historia de un joven león llamado Simba. Rafiki, que es un mandril (un babuino grande), es un personaje espiritual y sabio que guía al joven león.
     Vemos proyectada la imagen de Simba en el tronco de su casa en el árbol, que se convierte en un símbolo recurrente en la película. El árbol de Rafiki es un baobab (Adasonia za). Los baobabs son árboles longevos que crecen en el continente africano, incluida Madagascar, y también en Australia.
     Se han adaptado bien a ambientes secos. Se comportan como suculentas gigantes y hasta el 80% de su tronco está formado por agua. Los baobabs tienen una vida muy larga, se estima que hay especímenes que tienen la asombrosa edad de 2.000 años. Cada parte del árbol baobab es útil para los humanos. La corteza del árbol es suave y fibrosa y se utiliza para fabricar cuerdas y telas. La fruta baobab es conocida por sus beneficios para la salud, con altos niveles de calcio y vitamina C. Las hojas se pueden cocinar y comer, y las semillas se utilizan para hacer tinta.
     El tronco del baobab se vuelve hueco a medida que crece y almacena litros de agua, que se utiliza como depósisto de agua para humanos y animales en las estaciones secas. Por eso a los baobabs también se les conoce como el árbol de la vida. Los troncos huecos de baobab se han utilizado como prisiones, graneros y viviendas. En Sudáfrica, un baobab de 47 metros de ancho incluso se transformó en un bar. Este baobab murió en 2017.
     Se puede ver un baobab sin salir de Londres. Este baobab vive en el Invernadero Princesa de Gales y crece con tanta fuerza que es esencial podarlo anualmente para evitar que crezca fuera del techo.


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La Abuela-Sauce (Pocahontas)

      Este conocido musical animado está basado libremente en la vida de una mujer nativa americana, Pocahontas. La abuela es un sauce parlante, la consejera de Pochantas. Representada como vieja sabia que tiene un carácter amable y que orienta a Pocahontas.
     Al crecer junto al agua, las ramas de Grandmother Willow están llenas de revoloteadores pájaros y búhos.
     Los sauces pertenecen al género Salix y hay alrededor de 400 especies. Son los favoritos de la vida silvestre, ya que a los pájaros les gusta anidar en las ramas y los amentos de los sauces son una fuente de néctar para las abejas. El sauce blanco (Salix alba) es uno de los sauces más conocidos, con ramas amplias y hojas delgadas.
     Comúnmente conocidos como "sauces llorones", a menudo se encuentran cerca de ríos y lagos donde sus hojas se sumergen en el agua. 

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Los Manzanos (El Mago de Oz)

     Este querido musical estadounidense es famoso por la extraña y maravillosa Tierra de Oz. El personaje central, Dorothy, es transportada al mundo místico después de quedar inconsciente durante un tornado. Desde enanos hasta espantapájaros que hablan y árboles que se mueven, conoce una gran cantidad de criaturas en su aventura.
     En el paseo de Dorothy por el camino de ladrillos amarillos, se asusta cuando va a recoger manzanas de los árboles. Los árboles se oponen en voz alta a que los recojan y comienzan a arrojarle sus manzanas.
     Las manzanas (Malus x domestica) son una de las frutas favoritas de Gran Bretaña. Se comen como aperitivo, se cocinan en pudines, se usan para hacer sidra y son un ingrediente básico de todos los días.
     A pesar de esta tradición, las manzanas no son originarias de nuestras costas. Los manzanos proceden originalmente de Asia Central. El ancestro silvestre de la manzana domesticada, Malus sieversii, todavía se puede encontrar creciendo allí hoy en día.
     Las manzanas se extendieron por todo el mundo en la época antigua, y los romanos comenzaron a cultivarlas co0nsiguiendo diferentes gustos y tamaños. En el siglo XVII, las manzanas eran extremadamente populares en Gran Bretaña. Los colonos europeos se llevaron manzanas y pepitas cuando navegaron a Canadá, Australia, Estados Unidos, Sudáfrica y Nueva Zelanda.
     Los manzanos son muy importantes para la vida silvestre. A los pájaros, como los mirlos, les gusta hacer sus nidos en ellos y los zorzales comen la fruta cuando cae al suelo. Los manzanos dependen de las abejas y otros insectos para la polinización, y las flores proporcionan un néctar importante.

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lunes, 15 de abril de 2024

Reconocimiento de JOSÉ TITO ROJO por
Fran Piñeiro, en ABC

El paisajista y teórico recibirá en mayo el galardón, que destaca trayectorias clave en el sector, en su tercera edición.

Andalucía cuenta con una sobresaliente riqueza en el mundo del paisajismo. No sólo por albergar jardines que hunden sus raíces más allá de la memoria, sino también por ser cuna de algunos de los principales teóricos y expertos en la materia. Por ello, cada año la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza entrega el Premio Ibn Luyun a la trayectoria de profesionales de la gestión verde. En su III edición, el reconocimiento ha ido a parar al granadino José Tito Rojo, conservador del Jardín Botánico de la UGR hasta su jubilación y miembro de diversos comités científicos versados en la materia.

¿A ‘qué sabe’ este galardón, que recibirá en mayo en el Palacio de Viana?

Me hace muy feliz, sobre todo por quienes lo ha decidido. Lo que agobia un poco es que se premie la trayectoria, porque yo todavía tengo mucho por hacer -bromea-. Creo que la elección se ha basado en la pasión que siento por los jardines y por lo mucho que me he dedicado a ellos -más allá de cualquier cargo se considera jardinero-.

Ha estudiado especialmente el paisajismo en la época de Al-Ándalus y los orígenes del jardín moderno. ¿Cuáles han sido sus últimas aportaciones?

Descubrir es fácil, porque hay mucho por hacer. Somos muy pocos, y estamos muy lejos del nivel de interés y de estudiosos que hay en países cercanos como Portugal, Italia, Francia, Inglaterra… En España tenemos maestros en la materia, eso es verdad, y también que en los últimos 20 años se ha incorporado mucha gente desde disciplinas diferentes como la arquitectura, la agronomía, los estudios literarios. Se han acercado al jardín y han descubierto muchas cosas. Pero la realidad es que queda muchísimo por investigar porque carecemos de una masa crítica importante.

¿Lo valora la sociedad de a pie?

Va todo unido. Es cierto que con la emergencia climática muchas personas se han interesado por ‘lo verde’ y lo ven más necesario. A mí, que he trabajado tanto a nivel teórico como práctico, creando jardines y restaurando otros históricos, me reconforta ver cómo la gente empieza a entender que el jardín no es un adorno, sino algo fundamental para vivir bien.

¿Cree que en las actuales reurbanizaciones prima lo verde?

Cuando yo empecé a estudiar los jardines, lo que se hacía en las ciudades era monstruoso. Se incorporaban prácticas muy poco recomendables de poda, de mantenimiento, de selección de especies… Luego vivimos la moda de la ‘plaza dura’. Pero creo que estamos en el punto de inflexión. Veo por ejemplo como los Ayuntamientos de Granada (pero también de Francia o Italia), se dan cuenta de la necesidad de incorporar el verde. Porque además la gente lo pide. Y eso es clave, porque lo que no se pide, el político no lo hace. El nivel de la gente responsable de los jardines también ha mejorado muchísimo. En su formación, en su conocimiento y en su sensibilidad. Y lo digo con conocimiento de causa, pues tengo muy buenas relaciones con los jardineros de la Alhambra, del Ayuntamiento granadino, con jardineros de particulares… y el compromiso con su trabajo no tiene color.

¿Apostar por los jardines podría revertir la tendencia hacia un clima andaluz cada vez más seco y cálido?

Sí, pero sólo a nivel de micropaisaje. Es decir, en el ámbito más cercano de la gente, en hacer más amable y tolerable la vida en las ciudades. El problema climático no lo solucionan los jardines, seamos modestos, sino las políticas, y sobre todo las grandes políticas de Territorio.

Sufrimos un largo período de sequía con restricciones aparejadas o potenciales. ¿Cómo se pueden potenciar los jardines cuando el agua escasea?

Con buenas prácticas. El jardín necesita agua, pero no nos engañemos, no es el problema. La causa está más en la gestión del suelo y en la sensibilización de la opinión pública. Además, cada vez se opta más por jardines que necesitan menos apoyo hídrico.

De todas formas los veranos siempre han sido ‘complicados’ aquí en el Sur.

Se puede decir que vivimos en un particular ‘cambio climático’ desde hace 5000 años, porque en el Mediterráneo no llueve en verano. Eso es terrible para las plantas porque es la época en la que más crecen y más agua precisan. Pero también tenemos una tradición de gestión del agua que debemos poner en valor, porque no sólo se trata de incorporar nuevas medidas sino también de recuperar antiguos aciertos.

Usted integra un comité científico en Icomos (Unesco). ¿Hay que mirarnos en Europa respecto al paisajismo?

Evidentemente hay que aprender de donde se hacen mejor las cosas, y hay experiencias en Europa que son fabulosas. Por ejemplo en Berlín, con un sistema de parques donde se dejan esas plantas que llegan sin que tú las pongas, a las que hemos denominado ‘malas hierbas’ o ‘invasoras’ y hemos quitado por sistema. Allí se han dado cuenta de que la solución pasa por aprovechar todo lo que llega, y tienen casos fertilísimos. En París también, con los jardines libres y en movimiento, que tienen detrás a paisajistas de primera línea aportando teoría y práctica.

La Alhambra ha vuelto a ser el monumento más visitado de Andalucía. ¿Influye en el reclamo sus jardines?

Sin duda. No se puede entender sin ellos. En Andalucía (Sevilla, Córdoba, Granada…) tenemos algunos de los jardines con más historia del mundo. El del Patio de los Naranjos de la Mezquita es el más antiguo que conocemos sin que haya desaparecido nunca. Ni en Inglaterra ni en Japón existe algo igual. Pasa lo mismo con el del Patio de la Acequia del Generalife, que es el más antiguo de tipo ornamental. Por eso hay que ponerlo en valor, estar a la altura de esa increíble herencia que tenemos.

Sin embargo no parece que se promocionen así de cara al visitante, como sí ocurre con los siglos que tiene una catedral o las raíces de una escultura.

Venimos de una cultura en la que el jardín siempre se ha considerado como un adorno de la arquitectura, no como un valor en sí mismo. Hay que conseguir que el visitante sea consciente de que está ante algo absolutamente extraordinario.

Publicado en: Noticias
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viernes, 12 de abril de 2024

Takahashi en Aomori, el cronista de Japón (082)

TAKAHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El ginkgo Koyasu de Ichōnoki (prefectura de Aomori)


Especie: Ichō (Ginkgo biloba, familia Ginkgoaceae, género Ginkgo)
Dirección: Ichōnoki 19, Shichinohe-machi, Kamikita-gun, Aomori-ken 039-2561
Perímetro del tronco: 12,1 m.      Altura: 25 m.        Edad: 700 años
Designado Monumento Natural Prefectural.
Tamaño ★★★★       Vigor ★★★★★       Porte ★★★★★
Calidad del ramaje ★★★★    Majestuosidad ★★★★


En las avenidas arboladas de Japón descubrimos las más variadas especies, desde los olmos keyaki o los alcanforeros, hasta los cerezos sakura. Pero la especie más abundante es el gingko o ichō. Resistente tanto a los gases de escape como a las podas, su condición de árbol caducifolio le permite extraer, además, todos los matices del ciclo estacional. Y no habrá que decir que es el magnífico amarillo que alcanza en la estación otoñal lo que en mayor medida le ha valido el favor de la gente.
     El ginkgo Koyasu se alza en la parte central del término municipal de Shichinohe-machi, en la prefectura de Aomori. El nombre del lugar es, precisamente, Ichōnoki (Árbol de Ginkgo o Ichō) y no parece equivocado pensar que haya sido este ejemplar, que destaca entre sus congéneres por su espectacular tamaño, el que ha dado origen al topónimo.
     El árbol perdió hace ya mucho tiempo y probablemente debido a un rayo la parte superior de su tronco principal, pero de la parte quebrada se desarrollaron varias grandes ramas en sentido horizontal, de modo que su crecimiento no se ha interrumpido. Al contacto con la tierra, algunas de las ramas se han separado e independizado totalmente del árbol principal, que hace gala de una capacidad de crecimiento impresionante. Tampoco desmerecen las raíces aéreas que descienden del tronco y que llegan a superar, en algunos casos, el metro de longitud. Es posible observar el proceso por el cual una parte de estas raíces aéreas se va clavando en la tierra y produciendo nuevos troncos que acaban siendo absorbidos por el tronco principal. No puede uno dejar de sentir la portentosa vitalidad de esta especie arbórea.
     Los alrededores forman un vasto parque rural del que este ginkgo es protagonista indiscutible. Sin ningún estorbo visual, su silueta puede ser contemplada a placer desde cualquier ángulo. Hacia mediados de noviembre es el momento en que el árbol adquiere su característico manto amarillo que va extendiéndose por su inmensa copa. Poco después las hojas van cayendo y formando una tupida alfombra amarilla igualmente digna de verse.
     Llegado el invierno y perdidas ya por completo sus hojas, el árbol muestra una cara enteramente nueva. Es entonces cuando la forma del árbol, que durante el verano y el otoño ha permanecido oculta bajo el espeso follaje y era perceptible apenas como un vago semicírculo, se muestra tal como es. El ginkgo Koyasu destaca por su forma especialmente bella, realzada por lo arrugado de su corteza, que no se ve afectada por la pérdida de las hojas. Un insigne ejemplar que sigue atrayendo visitantes de las regiones más distantes.

Nº 082

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miércoles, 10 de abril de 2024

FENIX CANARIAS en El Día
Adiós a uno de los pinos más queridos de Tenerife


El incendio originado en la isla el pasado mes de agosto de 2023 acabó con uno de los pinos más singulares que existían. Los daños ocasionados por este incendio no han cesado.
     A pesar de que el pino canario es resiliente y es capaz de recuperarse de las llamas, no todo son buenas noticias. Uno de los pinos más queridos de la Isla de Tenerife -y el más singular- no pudo superar los daños causados por el fuego y ya ha sido dado por muerto. Así lo ha confirmado la asociación Fénix Canarias, encargada de la promoción y divulgación de proyectos para la mejora de la gestión forestal y medioambiental en el Archipiélago, a través de sus redes sociales.
     En concreto, se trata del Pino de la Mano de Dios, un "singular gigante" que habitó en el pinar de La Orotava.

Características

    Tal y como explica la organización, la mayoría de los árboles -y en especial los pinos- tienden a mantener una cierta simetría en sus copas, pero el caso del Pino de la Mano de Dios era especial.
     Este árbol era un "gigante" de 25 metros de altura. Pero su verdadera singularidad era que a partir de los dos metros, el tronco se separaba en otros siete, como si fueran los dedos de una mano, dejando un enorme hueco en el centro.
     Ya en 2022 la asociación Fénix Canarias publicó sus dos teorías sobre cómo había podido crecer este pino de una forma tan singular. La primera sería que de la base de este pino hubieran surgido brotes de cepa. Un caso de reproducción asexual poco común en pinos donde, desde la formación de yemas, se haya producido el desarrollo de varios troncos a la vez. La segunda, que se trataba de varios pinos que, debido a crecer muy cerca los unos de los otros, en lugar de competir hubieran acabado fusionándose en un solo individuo.

Nos quedará el recuerdo de un singular gigante que habitó en el pinar de La Orotava. La mayoría de los árboles y en especial los pinos tienden a mantener una cierta simetría en sus copas, pero en ocasiones nos encontramos ejemplares singulares que despiertan nuestra curiosidad, tanto por su porte como las causas de su desarrollo.

Número 51 de Tenerife  
¿Y cómo era este árbol?
Lo hemos leído aquí
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sábado, 6 de abril de 2024

El roble Stelmužė-Lituania, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El roble venerado

El roble Stelmužė (que en lituano se escribe Stelmužės ąžuolas) es un roble común (Quercus robur) que crece en el antiguo parque Stelmužė Manor, junto al pueblo de Stelmužė, en el distrito de Zarasai, Utena, en Lituania. Esto, que parece una broma o un trabalenguas, lo he dejado así con toda la intención porque, aunque mi teclado de ordenador seguramente podría hacerlo, yo no sé escribir Stelmužė, simplemente lo copio y pego.
     No es fácil situar esta aldea sobre el mapa (20 habitantes, algunos más en verano), que queda en la frontera con Estonia y su historia ha sido complicada. Lo más antiguo que conserva son las ruinas de una torre de piedra del siglo XVII, de la que se dice que pudo haber sido cárcel o frigorífico, o ambas cosas quizá. También hubo un castillo que fue destruido por los suecos. Entre los siglos XVII y XIX fue propiedad de una familia de origen alemán y luego allí se asentó una familia rusa, uno de cuyos miembros fue ministro de interior con el zar Alejandro II. La zona era parte de Letonia, pero en el otoño de 1920, un árbitro inglés varió la frontera para que pasase a Lituania y allí sigue, en otras zonas fue al revés.
     Cerca del roble hay una iglesia de madera construida por los maestros letones
sin clavo alguno, clasificada entre los edificios de madera más antiguos del país. Fue construida antes de 1650 y reconstruida por los alemanes en 1713. El interior de la iglesia tiene el estatus de “monumento de bellas artes de importancia nacional” por sus tallas barrocas. Normalmente no se usa como iglesia y los turistas visitan el templo como museo de arte sacro de interés.
       Hablando del árbol: tiene una altura de 23 metros y un perímetro es de 9,58 metros, con el interior del tronco hueco, quedándole pocas ramas vivas. Esta falta de soporte amenazaba con derribar el árbol, así que se limpió a fondo de polvo y restos (dicen que fueron necesarios varios viajes de camión), luego fue desinfectado y se tapiaron todos los agujeros con láminas de cobre, apuntalándose las ramas que más lo necesitaban. Si bien los locales le califican de milenario -entre los 1500 y 2000 años- y citarlo como de los más antiguos -sino el que más- de Europa, estos números resultan difíciles de creer y sería preciso conocer los crecimientos de otros árboles en la zona para tener una idea más aproximada. Pese a todo, en 2017 fue candidato a “Árbol Europeo del Año”, citándolo como milenario, hecho que sucede con frecuencia, el impulsor de la iniciativa pone lo que desea y la organización sólo lo transmite.

       En 1960 fue declarado “Monumento Natural Protegido” de Lituania, usándose sus bellotas para propagar muchos robles por el país. En el año 2013 se grabó su silueta en las monedas de 2 litai (2,19 euros).
       No resulta extraño que un árbol así tenga algunas leyendas asociadas: a través del hueco del árbol y conociendo la palabra adecuada, puedes bajar al inframundo. También se dice que bajo sus poderosas raíces hay un tesoro. En el pasado, bajo este árbol, los paganos lituanos y letones, adoraban a Perkünas, el dios del trueno, la lluvia, las montañas, los robles y el cielo. Tal vez este dios haya protegido al roble de Stelmužė hasta la actualidad.

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miércoles, 3 de abril de 2024

IRMA PINEDA (México, 1974)
Canta la mujer:

Niño hermoso
al que más ama mi corazón
tu padre
el que te ama
ha rasgado la tierra
a los pies de un árbol grande
para guardar la olla-casa de tu ombligo.

La olla es ancha y fresca
para que el alma de tu ser descanse
protegida por la tierra de los abuelos
la que humedecieron con sudor
la que bendijeron con su trabajo.

El árbol es frondoso
amplia su sombra
largos y fuertes sus brazos
para que no exista día en que el sol te lastime
ni haya viento del norte que te derribe.
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domingo, 31 de marzo de 2024

Hno. Fernando, mayo 2023
El Cotton Tree de Freetown, Sierra Leona

El Cotton Tree de Freetown
Cotton Tree de Freetown
El pasado miércoles, 24 de mayo por la noche, una fuerte tormenta en el centro de la capital de Sierra Leona destrozó el famoso y emblemático “Cotton tree” de Freetown, que era todo un símbolo para la ciudad y el país. Se desconoce la edad exacta del árbol, pero se tiene constancia que ya existía en 1787.
     Después de la Independencia de los Estados Unidos, los británicos concedieron la libertad a los esclavos que habían luchado a favor de la Corona Británica, recibiendo tierras y suministros para asentarse en otras tierras controladas por los británicos.
     En 1787, unas 4.000 personas, que habían sido esclavas, fueron reubicadas en Sierra Leona, independientemente de su procedencia de origen o la de sus antepasados. Según cuenta la leyenda, cuando llegó el primer barco, estos caminaron hasta un gran árbol, justo por encima de la bahía donde habían desembarcado, y celebraron a sus pies un servicio de Acción de Gracias. Desde entonces este árbol ha sido el icono de Freetown, símbolo de la libertad, y donde los primeros colonos fundaron la ciudad.
     El presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, ha tenido un cariñoso recuerdo y ha lamentado su pérdida, y posiblemente se buscará la forma de mantener su recuerdo y su significado en el mismo lugar donde estaba ubicado.


Varias personas sentadas junto a los restos del Cotton Tree, caído tras las tormentas del pasado 25 de mayo en Freetown.© Saidu BAH / AFP

 
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jueves, 28 de marzo de 2024

Técnicas aliadas de la reforestación

GARA SANTANA, en Canariasahora, marzo2024
Recolectar la niebla: una alternativa a la sequía y para reparar los daños de los incendios

Estas innovaciones tienen potencial para instalarse en otras localizaciones de España y Portugal, sobre todo en zonas de la meseta central catalana, la cordillera litoral y el Prepirineo, un aliado con el que quizá no contaban creado con tecnología netamente canaria

Niebla en El Pinillo, Valleseco (Gran Canaria).

Desde tiempos remotos el ser humano ha observado el modo en que la naturaleza es capaz de proveerse de agua y de aprovechar cada gota. Las nubes que rebosan en las calderas y picos traídas por vientos del norte están cargadas de agua atrapada esperando a evaporarse. Con esta observación, la ingeniería humana se ha puesto al servicio de la naturaleza y es el motivo por el que un grupo de investigadores, con la colaboración de varias instituciones como el Cabildo de Gran Canaria, han conseguido sacar partido a ese agua, que de otro modo se perdería, a través del proyecto Life Nieblas.
     En concreto, se han desarrollado tres sistemas diferentes con variedad de materiales y tecnologías capaces de captar más de 500 litros de agua por metro cuadrado en 10 meses, según las pruebas realizadas en las instalaciones.
     Uno de los objetivos fundamentales del proyecto es reforestar y combatir la desertificación para evitar la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo. En este sentido, en la isla de Gran Canaria el proyecto se ha centrado en curar las heridas que dejó en la tierra el incendio que sufrió la isla en 2019 y en comprobar la captación que se obtiene con respecto a los métodos tradicionales de recolección de agua.
Colectores de niebla en la zona afectada por el incendio de 2019 en Gran Canaria.

     Desde este periódico nos hemos puesto en contacto con el biólogo José Francisco González Artiles, técnico del Cabildo de Gran Canaria y uno de los responsables de esta experiencia pionera.
¡Cómo construirlos? Aquí
     Por un lado, encontramos el sistema autónomo de descarga, desarrollado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC). “Se trata de un depósito que cuando llega al sexto nivel de agua que la persona que lo maneja determina, produce una descarga parecida a la de las cisternas y alimenta un sistema de riego por goteo situado en la ladera inferior”, explica.
Actividades de plantación. Proyecto Life Nieblas.
     Por otra parte, se desarrolla el método de captación Cocoon. Los “Cocoon” son depósitos biodegradables que proporcionan riego constante por capilaridad, “es como el molde de un queque”, explica González, “ese molde funciona como un depósito de agua y como es poroso va soltando el agua a la planta de un modo muy lento, con lo cual la humedad en el suelo se mantiene más tiempo”. 
     También se lleva a cabo el sistema captadores individuales de niebla, “un vallado alrededor de cada planta y sobre esa malla ponemos la misma red que tienen los captadores de niebla como si fuera un captador de niebla individual para cada planta”.

Los árboles prefieren agua de niebla

     Comparando los datos de supervivencia de las plantaciones de los métodos innovadores con respecto al método tradicional, los resultados nos hacen pensar que las plantas prefieren agua de niebla. “Con el método tradicional”, nos cuenta el biólogo “llegábamos al 83%, con el Cocoon llegamos al 87% de supervivencia y con los captadores individuales llegamos al 89%”.
     El grupo de investigación ha medido la eficacia de cada método en función a la menor cantidad de agua que necesiten. Si para plantar un árbol y mantenerlo vivo necesitamos 133 litros de agua, “con el sistema de descarga individual se necesitan unos 100 litros, con el Cocoon, 57 litros, y con los captadores individuales de niebla, 35.
Trabajadores del proyecto 'Life Nieblas' en tareas de reforestación
     Para González, las funcionalidades de estos métodos pueden tener un impacto positivo en la vida de las personas ante un panorama de sequía o incendios de sexta generación, “podría llevarse a cabo en zonas donde se produzca neblina, zonas aisladas a las que no llegue el suministro de agua de forma convencional: pequeñas explotaciones agrarias, agrícolas o ganaderas; pequeñas comunidades de vecinos; o viviendas aisladas. Un suministro de agua que, si bien, no sea la solución al problema global de la sequía, ayudará a mitigarla”.
     Estas innovaciones tienen potencial para instalarse en otras localizaciones de España y Portugal, sobre todo en zonas de la meseta central catalana, la cordillera litoral y el Prepirineo, un aliado con el que quizá no contaban creado con tecnología netamente canaria.

Lo hemos leído aquí

Técnicas similares se han llevado a cabo en otros continentes: Sudamérica, África, ... o las diversas experiencias como: Warka Water 

Cuando vivía en Las Palmas en los 80 conocí a un campesino que plantaba sus árboles frutales poniéndoles un saco de papas vacío en invertido, sostenido con dos palos para que se sujetara a modo de vela. Me comentaba que ese agua recogida de la niebla era suficiente para que el arbolito prosperara. 

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martes, 26 de marzo de 2024

El adiós en Washington a Stumpy, el emblemático cerezo

La historia del cerezo Stumpy: adiós a un símbolo de la amistad entre Japón y EEUU
Este cerezo y otros cientos de ejemplares se talarán dentro de un proyecto para sustituir al viejo dique del río Potomac, que cada año se desborda por el calentamiento global .
La icónica imagen de Stumpy, muy cerca del National Mall
Este cerezo y otros cientos de ejemplares se talarán dentro de un proyecto para sustituir al viejo dique del río Potomac, que cada año se desborda por el calentamiento global .
     Vecinos y turistas se despiden estos días del cerezo Stumpy, un árbol tan fotografiado que se le considera un icono de la ciudad de Washington. Pronto lo talarán y se convertirá en compost, como parte de un proyecto de rehabilitación del dique derecho del río Potomac, rodeado por algunos de los principales monumentos del concurrido National Mall. Stumpy, que podría traducirse como fortachón, es un ejemplar muy querido. Es el más famoso entre los 1.400 árboles que embellecen la zona con sus ramas llenas de flores rosadas. Pese a su apariencia frágil y con una estética poco convencional, se cree que es el más viejo. En las redes, llevan años circulando relatos que vinculan su apariencia de "patito feo" con historias de amor y superación. Es el último florecimiento para éste y cientos más, situados en la orilla sur. Se destruirán unos 300 árboles, de los que la mitad son cerezos, plantados a lo largo de casi dos kilómetros adyacentes al río.
     Los diques llevan décadas fallando y, a medida que sube el nivel del mar en el contexto de la crisis climática, la marea alta inunda las raíces y la parte baja del tronco. Esto les hace enfermar y algunos han muerto.
     Mike Litterst, guarda forestal, portavoz del parque y trabajador del National Mall, defiende que la tala no será el final: "Todos se convertirán en compost. Volverán al National Mall y se esparcirán sobre las raíces de los supervivientes y les aportarán nutrientes. En el caso del Stumpy, se cogerán esquejes, se harán clones con el mismo material genético y los plantaremos. Los árboles de la zona norte no se tocarán. En la parte sur, en tres años, se podrán replantar nuevos ejemplares". Según Litterst los fans de Stumpy "podrán demostrar su lealtad volviendo a venir."

La despedida de las autoridades japonesas

La embajada de Japón en Washington homenajeó al Stumpy y se refirió a él como "uno de nuestros símbolos más queridos de la amistad entre Japón y Estados Unidos".
     Las mismas fuentes diplomáticas apuntaron a que la relevancia de la celebración recae en el simbolismo y los valores que representa, más que en los árboles en sí. En Japón la floración de los cerezos, Hanami, es un evento ancestral de primer orden, con tradiciones y fiestas asociadas. La fiesta del Hanami en la capital estadounidense comenzó en 1912, cuando el entonces alcalde de Tokio, Yukio Ozaki, regaló a la ciudad 3.000 cerezos como señal de la buena relación que en ese momento existía entre ambos países. Sin embargo, no es probable que Stumpy y el resto de ejemplares sean de esta primera plantación, mientras los responsables del parque nacional reconocen que la ubicación de los árboles originales no está bien documentada. Mike Litterst ha asegurado:
     "La vida media de un cerezo es de unos 50 años, o sea que sería extraordinario que Stumpy o algún otro hubiera sobrevivido 112 años. "Un representante de la embajada nipona, Yuki Sugiyama, ha explicado que "la gente empezó a apreciar sus flores y ahora Washington recibe a unos 1,5 millones de turistas sólo por la temporada de floración".
Con la etiqueta #Stumpy, las redes se han ido llenando de mensajes de agradecimiento y despedida hacia el simbólico árbol. Emmy Vickers, una fotógrafa aficionada, ha explicado a la agencia Reuters: "El año pasado se inundó mucho y los guardas del parque nacional rodearon al Stumpy para protegerlo. He venido a tomarle una foto antes que se lo lleven."

Festival de los cerezos floridos

     El adiós ha coincidido con el arranque, este fin de semana, 21 de marzo, de la celebración de primavera con el Festival Nacional de los cerezos floridos. Durante la edición de este año, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, realizará una visita oficial a la ciudad y cenará con Joe Biden el 10 de abril.
     El festival es un evento popular que se alarga hasta el 14 de abril e incluye exposiciones, gastronomía, desfiles, espectáculos y mercados. Hacía años que quedaba marcado por las inundaciones, cada vez más intensas a consecuencia del calentamiento global.
     La presidenta de la asociación que organiza el festival, Diana Mayhew, asegura que las obras son una buena noticia: "Últimamente, las inundaciones han derribado árboles y han estropeado otros. "El pico de la floración de los cerezos se considera que se produce cuando el 70% de las flores se han abierto y, en Washington, se espera que sea el 21 de marzo. Con la crisis climática, las fechas llegan cada vez más temprano. Últimamente, incluso el festival ha notado que ya no está sincronizado con la eclosión de las flores.

Lo hemos leído aquí
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¿Cómo llegaron los Sakura, los cerezos, a la capital de EE.UU? Aquí 
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viernes, 22 de marzo de 2024

RAÍCES...

La Universidad de Wageningue (Países Bajos) ha publicado una colección de 1002 dibujos, resultado de 40 años de excavaciones y dibujos del sistema radicular de plantas, realizadas, principalmente, en Austria. Los dibujos, análisis y descripciones fueron realizados por tres investigadores del Instituto Pflanzensoziologisches, Klagenfur. Su estudio y publicación es la contrapartida de los trabajos de John E. Weaver en Nebraska, EE. UU. Los escáneres de los dibujos originales, realizados por Univ.- Prof. M. E. Lichtenegger abarcan una gran variedad de especies que van desde los cultivos agrícolas hasta la vegetación natural, o desde las orquídeas hasta los árboles alpinos. Los dibujos son los sistemas de arraigo de especies individuales cuidadosamente aislados de su entorno que se dibujaron detalladamente.

Ejemplo: Abies alba

 Colección de imágenes
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miércoles, 20 de marzo de 2024

¿Somos los humanos los causantes del cambio climático?

EL SECRETO DE LOS ÁRBOLES
Universidad de Zaragoza, 2013


     El audiovisual recoge los estudios del grupo de investigación “Clima, Agua, Cambio Global y Sistemas Naturales” de la Universidad de Zaragoza sobre la evolución del clima en Aragón a partir de diferentes especies de árboles situadas en el Parque Natural del Moncayo.
     El corto ha sido elaborado por Ernesto Tejedor Vargas, del grupo de investigación “Clima, Agua, Cambio Global y Sistemas Naturales”, Miguel Ángel Esteban, profesor titular de Ciencias de la Documentación y Nabil Halaihel Kassab, del Departamento de Patología Animal, dentro del IV Taller de Guión y Producción del Documental Científico, organizado por la UCC+i y financiado por FECYT.
     El crecimiento de los árboles está relacionado con la evolución de las temperaturas y las precipitaciones. Esto los convierte en auténticos testigos del devenir del clima de un lugar determinado. Su longevidad, que en algunos casos puede superar los 3.000 años, hace que puedan ser utilizados en el estudio de los climas pasados y ayudar a inferir posibles comportamientos futuros.
     Una de las técnicas que mejores resultados ofrece en la reconstrucción de los climas de época preinstrumental es la dendroclimatología, referida a las reconstrucciones climáticas que se obtienen a partir del crecimiento anual que experimentan las especies leñosas en latitudes templadas. Esta metodología proporciona información de carácter cuantitativo de la temperatura y precipitación de las últimas centurias (en grados centígrados y milímetros respectivamente).
2013/Productora: Universidad de Zaragoza
Cofinanciado por Fecyt (Mineco)
Leer más: https://ucc.unizar.es/taller-de-guion...
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lunes, 18 de marzo de 2024

La vuelta del pistacho a la península

JAVIER JIMÉNEZ,  en Xataka, oct23
El cultivo del pistacho

Durante más de mil años España fue una potencia mundial en la producción de pistacho. Luego desapareció completamente.
Castilla-La Mancha y otras comunidades están volviendo a cultivar pistachos
Lejos de un exotismo, el árbol cuenta con una larga tradición olvidada en la península


En 1986, José Francisco Couceiro llegó al Centro de Investigación Agroambiental "El Chaparrillo" con un encargo sui géneris: buscar alternativas a los cultivos tradicionales de Castilla-La Mancha. En un año, se convenció de que la clave era el pistacho; en diez, consiguió dominar su cultivo; en 35, es una leyenda. Hoy, el pistacho de Couceiro ha conquistado España: "Las hectáreas se han multiplicado casi por 16 en la última década" y ahora "uno de cada 700 kilómetros cuadrados ya está cubierto por pistacheros".
      Pero lo que mucha gente no sabe es que no es la primera vez que el pistacho conquista el país. Indagar por qué desapareció completamente de los suelos peninsulares puede ser clave para el futuro de uno de los cultivos más prometedores del momento.
     Según cuenta la tradición (y las crónicas más antiguas), el pistacho fue incorporado a la gastronomía del Imperio Romanoe en época de Tiberio, cuando Lucio Vitelio (padre del futuro emperador Aulo Vitelio) empezó a extenderlo desde Siria. Poco después, el cultivo del pistachero se introdujo en Italia; especialmente en Sicilia y algunas partes del sur, donde, con el tiempo, se han desarrollado sus propias variedades: napolitana, bronte o trabunella.
      En aquella época imperial, los árboles del pistacho se empezaron a plantar también en España. Y el cultivo prosperó, podemos leer sobre ello en los textos de San Isidoro de Sevilla. En ellos, sin ir más, se puede encontrar una discusión sobre una falsa etimología del término latino "pistacium", relacionada con el olor de su corteza. Algo que invita a pensar que tenía a mano esas cortezas. Sin embargo, no parece ser hasta el 711 cuando la industria española del pistacho se convirtió realmente en algo importante.
     Esa importancia es la que explica, por ejemplo, que las lenguas peninsulares tengan palabras propias para hablar de los pistachos. Tanto el "festuc" catalán como el término "alfóncigo" que se usaba en castellano antiguo (y que aún persiste en el diccionario) provienen de la palabra árabe para denominar a los pistachos. No es de extrañar, por eso mismo, que los últimos reductos pistacheros de los que tenemos consciencia fueran los recetarios nazaríes y las huertas del Generalife, en las lomas de la Sabika, el cerro donde se alza la Alhambra.


Auge y ocaso del pistacho

     Luego, sencillamente, desapareció. Desapareció literalmente. A lo largo de la edad moderna y contemporánea, los restos que pudieran quedar del pistacho español fueron triturados y desechados sin más. Lo que ha tenido intrigados a los especialistas durante décadas es el porqué. ¿Cómo pasamos de ser una potencia mundial del pistacho a considerarlo una especie exótica, ajena y desconocida?
     Lo cierto es que hay muchas teorías. Desde una supuesta prohibición de la Iglesia Católica (que los habría rechazado por su parecido con el sexo femenino) hasta su pérdida de importancia paulatina frente a otros cultivos de secano con un rendimiento mayor (como los olivos o almendros). Lo primero es difícil de aceptar: no solo no hay ninguna prohibición escrita, sino que en otras partes del mundo católico, como Italia, el pistacho siguió siendo cultivado sin problema.
     La segunda, en cambio, sí podría ser más razonable. Sin embargo, si examinamos los cultivos que han llegado a las postrimerías del siglo XX, parece raro esta súbita desaparición de un cultivo tan favorable. La opción más razonable, parece otra.
     Como explicaba hace unos años María Isabel Morales Cebrían, responsable técnica de las huertas del Generalife, lo más probable es que, tras la reconquista y la expulsión de los moriscos (con la debacle demográfica, industrial y agraria que supuso), los cristianos del norte que repoblaron los terrenos de secano del sur "no tuvieran en cuenta que al ser dioica [el árbol del pistacho] necesita una planta hembra, la que da los frutos, y otra macho para reproducirse".
      Es decir, no se dieron cuenta de que "no podían eliminar las plantas que no daban frutos" y "al hacerlo dejaron a las hembras sin posibilidad de reproducirse provocando que la especie desapareciera por completo". No es una explicación que me convenza del todo, he de decirlo: al fin y al cabo, tanto las moreras como las palmeras datileras son dioicas y su cultivo superó (con muchas dificultades, pero superó) la expulsión de los moriscos.
      Probablemente, la causa real fuera una mezcla de todo esto: la falta de conocimiento de los repobladores, los prejuicios religiosos hacia un producto que consumían preferentemente los moriscos, la mejora de la productividad de otros tipos de cultivo... Sea como sea, la vuelta de los pistacheros al campo español demuestra que, a menudo, hay que salir fuera para encontrar cosas que, durante más de mil años, formaron parte del ADN de esta Tierra.

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sábado, 16 de marzo de 2024

CHRISTOPHE DRENOU
“Los árboles en la ciudad"- Ciclo El Salón del Prado

Nueva charla en el ciclo de conferencias y cursos formativos ‘Salón del Prado’. La actividad que organiza el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de su Unidad de Jardinería y Arbolado, ofrece la conferencia “Los árboles en la ciudad” ofrecida por el botánico, profesor e investigador francés Christophe Drenou, el 14 de marzo de 2024. 

Christophe Drenou. Botánico especializado en el árbol, diplomado en el Instituto Nacional de Horticultura y Paisaje (INH, Angers) y doctor en Ciencias por la Universidad de Montpellier (Laboratorio de Francis Hallé). Ingeniero de investigación y desarrollo en el Instituto para el Desarrollo Forestal de Toulouse (IDF), lleva a cabo numerosos trabajos de investigación referentes a la relación entre fisiología y desarrollo vegetal en especies arbóreas. Es autor de varios libros, siendo su última publicación “Arbres, un botaniste au musée” (Fage, 2018). 

Información práctica

Actividad: Ciclo ‘Salón del Prado’.
Conferencia “Los árboles en la ciudad” de Christophe Drenou
Lugar: Real Jardín Botánico. Salón de Actos. Acceso por calle Claudio Moyano, 1
Fecha: jueves 14 de marzo de 2024. Horario: 18 horas.
Duración aproximada de la actividad: 60 minutos
Precio: Actividad gratuita. Entrada libre hasta completar aforo
Dirigida a: público adulto

En Getafe ya se plantó un bosque con el Método Miyawaki en marzo 2022
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